La Polinesia Francesa son un conjunto de 118 islas situadas al este del Pacífico Sur, entre Tokio y Santiago de Chile. Sin embargo, no fue hasta el año 1889, con el protectorado francés, cuando se fue formando poco a poco el Estado Polinesio hasta convertirse en una colectividad de ultramar de Francia en 2004.
Agrupadas en cinco archipiélagos, cada uno cuenta con su propio encanto. Las más conocidas, Islas de la Sociedad (compuestas entre otras por Tahití, Bora Bora, Taha’a, Moorea y Raiatea) tienen un origen volcánico, con sus aguas turquesas y sus verdes montañas son ideales para bucear en busca de miles de peces multicolores.
En las 78 islas y atolones de coral que conforman las Tuamotu son como un acuario gigante perfecto para los submarinistas. Además, es el hogar de la famosa “Perla de Tahití” y los grandes cocoteros. Continuamos con las Islas Marquesas con un paisaje selvático, su historia y cultura, llena de bailes, leyendas y misterio, están resurgiendo para ser incluidos en la lista de Patrimonio Universal. Finalmente llegamos a las Islas Australes, las más desconocidas y salvajes de la Polinesia, dónde encontraremos numerosos vestigios arqueológicos, impresionantes acantilados, cuevas y donde viviremos una de las experiencias más hermosa, la concentración de numerosas ballenas jorobadas que llegan a estos páramos para dar a luz.
Un clima tropical perfecto, su gran riqueza cultural y culinaria, su hospitalidad legendaria, recónditos lugares de belleza sin igual, fondos marinos espectaculares y una infraestructura de lujo, convierten a la Polinesia Francesa en un destino único digno de conocer.